CHURROS
Un antojo como otro cualquiera, oye. El caso es que estás en casa, te apetecen unos churros y una de dos o la churrería en ese momento está cerrada o la pereza que te da vestirte e ir a buscarlos es mayor que la de hacer tus propios churros que, por otra parte, dicho sea de paso, no tienen nada que envidiarle a los comprados, por no hablar de que nuestra aceite estará muchísimo mejor. Desde que lo piensas hasta que te los comes no van a pasar más de veinte minutos, así pues, ¿te animas?.
En un bol amplio apto para microondas hervimos 300 mililitros de agua (también podemos hacerlo en un caldero).
Agregamos una cucharadita de postre de sal gruesa y removemos bien, añadimos ahora la misma cantidad de harina de repostería que de agua, 300 gramos que previamente habremos mezclado con un sobre de levadura tipo Royal y mezclamos bien queda una masa bien consistente.
Calentamos a fuego fuerte aceite abundante en una sartén y vamos disponiendo nuestros churros con la ayuda de una churrera, no es nada cara y se consiguen en las tiendas de menaje del hogar. Con la ayuda de una tijera podemos ir cortando la masa .
Los doramos bien por ambas partes y a disfrutar con un chocolate o café con leche calentito.